-¡¿Qué
se supone que es esto, India?! -le gritó su padre. Tenía una hoja
en su mano y la señalaba.
India
había llegado a casa con un suspenso en Historia. India nunca sacaba
menos de un 70% en sus exámenes. Pero últimamente sus notas estaban
bajando. Ya había pasado un mes y medio desde que ella y Austin
habían cortado, pero la situación entre los Ferrell no había
mejorado. Para nada.
-Papá
es un examen. Lo recuperaré. -dijo India, enfadada, pero controlando
su tono de voz. Todo lo contrario a su padre, Alex.
-¡¿Qué
lo recuperarás?! India por favor, llevas así mucho tiempo. -dijo
Alex.
-Alex...
-le dijo Patricia, tocando el hombro de su marido.
-Esto
tiene que parar. ¡Mira lo que estás haciendo! -gritó Alex.
-Solo
es un examen. -dijo India, despacio.
-No
hablo solo del examen. Hablo de todas tus notas, de tu pelo, de tu
comportamiento... Y todo esto por un chico.
-Uno,
no fue todo por un chico. Fue por mis padres, que destruyeron mi
relación y por su culpa ahora tengo que sacarlo de mi cabeza. Y dos,
¿qué tiene que ver el pelo con esto? -dijo India.
-India,
sabemos que lo hiciste como acto de rebeldía. -dijo Patricia, más
tranquila que su marido.
-¿Acto
de rebeldía? -preguntó India, sorprendida.- Lo estáis
generalizando todo. Me teñí porque me quería teñir. Me porto así
con vosotros porque os lo ganasteis. Y saco estas notas porque es
difícil el último curso del instituto.
-¿Y
nada tiene que ver con Austin? No intentes tomarme el pelo... -dijo
su padre.
-¡Deja
de mencionarlo! -gritó India.- ¡Y si todo esto es por Austin es por
vuestra culpa! Si no os hubierais entrometido todo iría bien.
-Vamos,
India. No seas estúpida. Te iba a dejar tarde o temprano. -dijo
Alex.
-¿Y
tú como sabes eso si ni siquiera te molestaste en conocerlo? -dijo
India.- A veces pienso que sois vosotros los adolescentes y no yo.
India
se levantó y salió de la cocina. En la puerta se tropezó con su
hermana, pero ni siquiera la miró.
-¡La
conversación no se terminó! -gritó Alex. Pero la única respuesta
que recibió fue el portazo por parte de India. Vanessa miró a sus
padres y ellos la ignoraron.
Minutos
después, Vanessa caminó hasta la habitación de su hermana mayor y
golpeó la puerta con los nudillos.
-¡No
quiero hablar con vosotros! -gritó India, desde el interior. Vanessa
abrió la puerta despacio y antes de mirarla, India gritó.- ¡He
dicho que no quiero..!
-Soy
yo... -dijo Vanessa.
-Tú...
-dijo India. Vanessa miró la habitación de su hermana y encontró
una maleta pequeña y la ventana abrierta.
-¿Qué
vas a hacer? -preguntó Vanessa.
-¿Qué
te parece que hago, Vane? Me tengo que ir de aquí o sino nuestros
padres corren peligro de muerte... -dijo India, llenando la maleta.
-¿Y
cómo te piensas ir? Papá y mamá te van a ver. -dijo Vanessa.
-Si
no salgo por la puerta no. -dijo India.- Saldré por la ventana.
-¿Cómo
vas a salir por la ventana? -preguntó Vanessa, escandalizada.
-No
tengo otra opción. De todas formas vivimos en un primero, no es tan
alto.
-Pero
puedes irte por la puerta sin que papá y mamá se enteren...
-¿Cómo?
-preguntó India, con una sonrisa. Ella sabía que su hermana se
solía escapar cuando sus padres no la dejaban salir de casa, pero no
sabía como lo hacía.
-Yo
fingiré un dolor de barriga terrible, en mi habitación. Llamaré a
papá y a mamá. Mientras tú te vas, sin hacer ruido. Y, por si
acaso, en vez de salir por el portal del edificio sal por el
aparcamiento. -dijo Vanessa.
-¿Sabes?
Tienes un buen cerebro para estas cosas... -dijo India. Cerró su
maleta y la miró.- No te puedo decir a donde voy, no te quiero meter
en problemas...
-Está
bien. Me voy a fingir mi terrible dolor menstrual. -dijo Vanessa.
-No
estás en esa época del mes. -le dijo India.
-Lo
se, por eso lo voy a fingir. -dijo con una sonrisa.
India
se rió y Vanessa se fue a su habitación. Minutos después escuchó
sus gritos, llamando a sus padres y fingiendo un dolor tremendo.
Debido a los gritos, Patricia y Alex corrieron a la habitación de su
hija pequeña, alarmados. India aprovechó y salió de su habitación,
cogió las llaves y salió de su casa.
Le
hizo caso a su hermana y salió por el aparcamiento del edificio. Ya
era de noche y hacía mucho frío. Ella ya sabía a donde iría. No
podía quedarse en casa de Olivia, Rachel llamaría a Patricia y ésta
iría a buscarla. Austin no estaría dispuesto a acogerla. Así que
le quedaba otra opción, la más viable. Llamó a la puerta y esperó.
-¡Timbre!
-gritó Leah. Uno de sus compañeros de piso, el único chico se
levantó a abrir.
-¿Quién
viene a esta hora de un viernes? -preguntó Heather, mirando el
reloj.
Lance
le abrió la puerta a su prima y se sorprendió de verla allí. Lance
era universitario y no tenía mucho dinero, por eso se obligó a
compartir piso con dos chicas más. El padre de Lance, y tío de
India, decía que era un chico con suerte por compartir el piso con
dos mujeres. Ellas eran muy amigas de Lance y no tenían ningún
problema en compartir piso con él. Lance estaba muy contento en su
casa.
-¿India?
¿Qué pasa? -preguntó Lance, preocupado.
-Me
escapé de casa, estoy harta de mis padres... -dijo India. Leah y
Heather se levantaron del sillón para mirar quién era.
-Lance...
-dijo Leah.
-Chicas,
ella es India, mi prima. India, ellas son Leah y Heather. -dijo
Lance, presentándolas.
-Encantada.
-dijo Leah.
-Es
un placer. -dijo India.
-Escuché
que te escapaste de casa... -dijo Heather. India asintió y las
compañeras de Lance lo miraron.- Quédate si quieres.
-Pero
duermes con tu primo. -dijo Leah. Todos se rieron.
Lance
pasó un brazo por la espalda de su prima y la empujó a su casa.
India se instaló en la habitación de su primo. Durmieron juntos,
como cuando eran pequeños.
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