sábado, 21 de marzo de 2015

21.-

-¡¿Qué se supone que es esto, India?! -le gritó su padre. Tenía una hoja en su mano y la señalaba.

India había llegado a casa con un suspenso en Historia. India nunca sacaba menos de un 70% en sus exámenes. Pero últimamente sus notas estaban bajando. Ya había pasado un mes y medio desde que ella y Austin habían cortado, pero la situación entre los Ferrell no había mejorado. Para nada.


-Papá es un examen. Lo recuperaré. -dijo India, enfadada, pero controlando su tono de voz. Todo lo contrario a su padre, Alex.

-¡¿Qué lo recuperarás?! India por favor, llevas así mucho tiempo. -dijo Alex.

-Alex... -le dijo Patricia, tocando el hombro de su marido.

-Esto tiene que parar. ¡Mira lo que estás haciendo! -gritó Alex.

-Solo es un examen. -dijo India, despacio.

-No hablo solo del examen. Hablo de todas tus notas, de tu pelo, de tu comportamiento... Y todo esto por un chico.

-Uno, no fue todo por un chico. Fue por mis padres, que destruyeron mi relación y por su culpa ahora tengo que sacarlo de mi cabeza. Y dos, ¿qué tiene que ver el pelo con esto? -dijo India.

-India, sabemos que lo hiciste como acto de rebeldía. -dijo Patricia, más tranquila que su marido.

-¿Acto de rebeldía? -preguntó India, sorprendida.- Lo estáis generalizando todo. Me teñí porque me quería teñir. Me porto así con vosotros porque os lo ganasteis. Y saco estas notas porque es difícil el último curso del instituto.

-¿Y nada tiene que ver con Austin? No intentes tomarme el pelo... -dijo su padre.

-¡Deja de mencionarlo! -gritó India.- ¡Y si todo esto es por Austin es por vuestra culpa! Si no os hubierais entrometido todo iría bien.

-Vamos, India. No seas estúpida. Te iba a dejar tarde o temprano. -dijo Alex.

-¿Y tú como sabes eso si ni siquiera te molestaste en conocerlo? -dijo India.- A veces pienso que sois vosotros los adolescentes y no yo.

India se levantó y salió de la cocina. En la puerta se tropezó con su hermana, pero ni siquiera la miró.

-¡La conversación no se terminó! -gritó Alex. Pero la única respuesta que recibió fue el portazo por parte de India. Vanessa miró a sus padres y ellos la ignoraron.

Minutos después, Vanessa caminó hasta la habitación de su hermana mayor y golpeó la puerta con los nudillos.

-¡No quiero hablar con vosotros! -gritó India, desde el interior. Vanessa abrió la puerta despacio y antes de mirarla, India gritó.- ¡He dicho que no quiero..!

-Soy yo... -dijo Vanessa.

-Tú... -dijo India. Vanessa miró la habitación de su hermana y encontró una maleta pequeña y la ventana abrierta.

-¿Qué vas a hacer? -preguntó Vanessa.

-¿Qué te parece que hago, Vane? Me tengo que ir de aquí o sino nuestros padres corren peligro de muerte... -dijo India, llenando la maleta.

-¿Y cómo te piensas ir? Papá y mamá te van a ver. -dijo Vanessa.

-Si no salgo por la puerta no. -dijo India.- Saldré por la ventana.

-¿Cómo vas a salir por la ventana? -preguntó Vanessa, escandalizada.

-No tengo otra opción. De todas formas vivimos en un primero, no es tan alto.

-Pero puedes irte por la puerta sin que papá y mamá se enteren...

-¿Cómo? -preguntó India, con una sonrisa. Ella sabía que su hermana se solía escapar cuando sus padres no la dejaban salir de casa, pero no sabía como lo hacía.

-Yo fingiré un dolor de barriga terrible, en mi habitación. Llamaré a papá y a mamá. Mientras tú te vas, sin hacer ruido. Y, por si acaso, en vez de salir por el portal del edificio sal por el aparcamiento. -dijo Vanessa.

-¿Sabes? Tienes un buen cerebro para estas cosas... -dijo India. Cerró su maleta y la miró.- No te puedo decir a donde voy, no te quiero meter en problemas...

-Está bien. Me voy a fingir mi terrible dolor menstrual. -dijo Vanessa.

-No estás en esa época del mes. -le dijo India.

-Lo se, por eso lo voy a fingir. -dijo con una sonrisa.

India se rió y Vanessa se fue a su habitación. Minutos después escuchó sus gritos, llamando a sus padres y fingiendo un dolor tremendo. Debido a los gritos, Patricia y Alex corrieron a la habitación de su hija pequeña, alarmados. India aprovechó y salió de su habitación, cogió las llaves y salió de su casa.

Le hizo caso a su hermana y salió por el aparcamiento del edificio. Ya era de noche y hacía mucho frío. Ella ya sabía a donde iría. No podía quedarse en casa de Olivia, Rachel llamaría a Patricia y ésta iría a buscarla. Austin no estaría dispuesto a acogerla. Así que le quedaba otra opción, la más viable. Llamó a la puerta y esperó.

-¡Timbre! -gritó Leah. Uno de sus compañeros de piso, el único chico se levantó a abrir.

-¿Quién viene a esta hora de un viernes? -preguntó Heather, mirando el reloj.

Lance le abrió la puerta a su prima y se sorprendió de verla allí. Lance era universitario y no tenía mucho dinero, por eso se obligó a compartir piso con dos chicas más. El padre de Lance, y tío de India, decía que era un chico con suerte por compartir el piso con dos mujeres. Ellas eran muy amigas de Lance y no tenían ningún problema en compartir piso con él. Lance estaba muy contento en su casa.

-¿India? ¿Qué pasa? -preguntó Lance, preocupado.

-Me escapé de casa, estoy harta de mis padres... -dijo India. Leah y Heather se levantaron del sillón para mirar quién era.

-Lance... -dijo Leah.

-Chicas, ella es India, mi prima. India, ellas son Leah y Heather. -dijo Lance, presentándolas.

-Encantada. -dijo Leah.

-Es un placer. -dijo India.

-Escuché que te escapaste de casa... -dijo Heather. India asintió y las compañeras de Lance lo miraron.- Quédate si quieres.

-Pero duermes con tu primo. -dijo Leah. Todos se rieron.


Lance pasó un brazo por la espalda de su prima y la empujó a su casa. India se instaló en la habitación de su primo. Durmieron juntos, como cuando eran pequeños.

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