martes, 18 de marzo de 2014

Number two: Trabajo de química.


Después del desengaño que sufrieron las cuatro chicas y de que todas le cortaran el rollo a Oliver, pasaron unos días en los que todo el instituto se había enterado de la jugada de Oliver Owen McMiller. Ninguna de las chicas se hablaban, solo las primas. Y sentían todas las miradas sobre ellas en los pasillos y en la cafetería.

-Todos nos miran, Alexis. -le dijo su prima, mientras caminaban con la bandeja de la comida en sus manos.

-No, es impresión tuya... -dijo Alexis, intentando convencerse a si misma.

Se sentaron en una mesa con Marian y Darren y comieron baja la atenta mirada de todos los adolescentes. Charlotte se había refugiado en el baile y las animadoras. Pero Bree últimamente estaba auente. A veces no iba ni a clase. Siempre estaba con Sam, pero ahora él estaba con Oliver. Caroline fue la que se decidió y se acercó a hablar con Sammuel.

-Hola, Sammuel. -le dijo ella, interrumpiendo su conversación con una de la animadoras.- ¿Sabes algo de Bree? Últimamente no va a clase de química.

-Ni a la de química ni a ninguna. Pero no tengo ni idea. Estamos un poco distanciados.

-¿Por qué? -preguntó ella, como acto reflejo. Entonces cayó en que Sam había avisado a Bree de Oliver y ésta confió más en Oliver que en su amigo.- Ah, ya entiendo, Oliver.

-Sí, siento lo que os hizo, Caroline.

-No te preocupes, ya lo superé. -mintió ella.

Caminando por los pasillos, Charlotte se había parado al escuchar la voz de uno de los jugadores de fútbol del equipo de Oliver, uno de sus amigos. ¿Mira quién está aquí? dijo hablándole a Bree. Quería defenderla, pero sabía que si lo hacía, ella también iba a sufrir las consecuencias.

-Lárgate, Tyler. -le dijo Alexis, apareciendo en escena.

-Otra de tus chicas, Oliver. -le dijo a su amigo.

-Fuera. -dijo Caroline.

-Tranquila, chicas. No os peléis por mi. -dijo el imbécil de Tyler. Él y su grupito desaparecieron por el pasillo. Caroline y Alexis acompañaron a Bree a tranquilizarse. A última hora de la mañana, la clase de química se llenó de alumnos de último curso. Cada una se sentó en su lugar. Caroline y Alexis se sentaron juntas, Charlotte con Allyson Clipton, su mejor amiga y animadora. Cuando Bree llegó, su sitio habitual estaba ocupado por Oliver, al lado de Sammuel. Se sentó al lado de un chico que no conocía y sacó sus libros. Al final de la clase, el profesor los sorprendió con un trabajo por grupos de cuatro, que haría él.

-Muy bien, a ver... -dijo pensativo.- Alexis Thomson, Caroline Harrison, -al nombrar a éstas dos se sonrieron- Bree Wilson y Charlotte Palme. -unas risas se escucharon en la clase y las cuatro nombradas se miraron.- ¿Se puede saber qué le hace tanta gracia señor McMillan? -le preguntó el profesor. Éste negó y escondió su risa. Al salir de clase, las primas, que parecían las que mejor estaban después del engaño, interrumpieron a Bree y a Charlotte.

-Chicas, ¿dónde vamos a hacer el trabajo? -preguntó Alexis.

-En mi casa no puedo, estamos haciendo obras... -dijo Bree de cabeza baja.

-En mi casa están mis hermanos, molestarían... -dijo Caroline.

-Podéis hacerlo aquí, si queréis. -interrumpió el profesor.- Yo me tengo que quedar haciendo unas cosas y mientras podéis utilizar esta clase.

-¿Qué os parece? -les preguntó Caroline. Ninguna se opuso y se volvieron a sentar para preparar su trabajo. Primero debían buscar información, así que cada una estuvo a sus cosas. Alexis buscaba en su libro, Bree en el móvil, Charlotte en el ordenador y Caroline también en el móvil, e incluso se había puesto los cascos.- So, I won't hesitate no more. No more, it cannot wait I’m sure. There’s no need to complicate our time is short. This is our fate, I’m yours. -cantó ella sin darse cuenta. Bree sonrió y siguió la canción. Al final las cuatro cantaron la canción de Jason Mraz.

-No sabía que sabíais cantar... -dijo Bree, sorprendida de lo bien que sonaba la canción.

-Yo no se cantar. -dijo riendo Alexis.

-Yo canto en la ducha. -confesó Charlotte.

-Yo de pequeña iba a un coro. -dijo Caroline. Las cuatro se rieron.

Después de esa tarde se repitieron muchas más, el profesor les dejaba la clase y ellas hacían el trabajo cantando y riéndose. Empezaron a sentarse más juntas en clase de química y a hablarse por los pasillos. La gente empezaba a dejar de lado el tema con Oliver Owen McMillan y ellas estaban mucho más tranquilas. Pero la relación entre Bree y Sammuel no se había arreglado.

Por desgraciada, el invierno llegaba pronto a Bridgewater, y la lluvia y el frío se hicieron presentes a finales de octubre. Bree, al salir de clase una mañana cualquiera, se refugió de la lluvia en un lado de la puerta del instituto. Para su suerte, Sam, se acercó a ella con un paraguas.

-¿Te acompaño a casa? -le preguntó señalando con la mirada su paraguas.

-No, espero a que pare de llover. -dijo ella.

-Vamos, Bree. -insistió él. Ella se acercó a él y se refugió bajo su paraguas.- ¿Vas a seguir sin hablarme mucho tiempo más?

-¿Yo? Eres tú. Porque yo confié más en Oliver que en ti... -dijo Bree. Entonces lo miró y admitió su culpa.- Lo siento...

-No pasa nada. No soy una persona resentida. -dijo él.

-Menos mal... -dijo ella, agarrándose a su brazo, para no mojarse.

-¿Por qué? -preguntó él, mirándola.

-Porque sino me mojaría hasta casa. -admitió ella. Sammuel se rió y se alegró de haber recuperado a su amiga.

-Hola, Robert. -le dijo la profesora de música al de química.

-Marley. -la saludó él, guardando sus cosas en la sala de profesores.- ¿Querías algo? -le preguntó.

-Sí. ¿Quién está durante las tardes en tu clase de química? -preguntó ella, curiosa.

-Unas alumnas, haciendo un trabajo. ¿Por qué?

-¿Te importaría darme su nombre?

-No, claro. Pero, ¿pasó algo con ellas?

-No, no, nada... -dijo la profesora Marley White. Robert Ross, profesor de química le recitó los nombres y ella los apuntó en una libreta.

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