Las jornadas de entrenamiento solían alargarse las noches de los
viernes. Pero ese viernes no se alargaría. Ese viernes ambos equipos
de Duendes Verdes jugarían su primer partido. Las chicas contras
West Side Yule. Y los chicos contra Buern. Eran buenos rivales, pero
su entrenador confiaba en ellos. El timbre que daba inicio a las
clases sonó y los chicos atravesaron los pasillos para llegar a la
primera clase de la mañana. Kayla tenía clase de Biología y con
los libros en la mano se apuró para llegar a su clase y coger un
buen sitio. Pero ya era demasiado tarde, Brandon ya estaba sentado
con Megan, que la saludó con la mano. Ella le sonrió hipócrita y
se sentó al lado de Eric.
-Hola, Shaw. ¿Cómo va tu rodilla? -le preguntó con una sonrisa y
dejando los libros en la mesa.
-Hoy está dolorida. -los dos rieron y ella se sentó.- ¿Tú estás
nerviosa por el partido?
-No, que jueguen los chicos primero me tranquiliza. -admitió ella
buscando un caramelo en su bolso.
-Son rivales duros, pero Goldman confía en vosotros.
-Yo también confío. ¿Tú sabes quien será titular esta noche? -le
preguntó aprovechando que él era el delegado del equipo.
-Lo siento pero no dispongo de esa información. -él rió de que
Kayla quisiera aprovecharse. Los dos rieron y el profesor entró en
clase.
-Marvin, Shaw, dejen de ligar. -dijo serio. Toda la clase gritó un
“uhhh” y Brandon los miró molesto.- Abran el libro por la
página cincuenta y siete.
Noel y Ryan Evans compartían la primera clase de esa mañana con
Cassandra. La clase de Química no era la mejor para empezar la
mañana y el profesor los llevó al laboratorio. Se vistieron con las
batas blancas y los guantes de látex. El profesor ordenó que
hicieran grupos de cuatro y los hermanos, Kayla y Mery Murray
compartían mesa de laboratorio esa mañana. Apenas hablaron entre
ellos, se limitaron a hacer lo que el profesor indicaba y esperar a
que la clase terminara. Brianna tuvo la suerte de que el profesor de
Francés hubiera faltado esa mañana. Aprovechó y se fue con Leo
Aniston a preparar un trabajo que tenían pendiente. Hablaron sobre
el partido de esa noche y ambos confesaron que estaban nerviosos. Por
otro lado, William durmió la primera hora de la mañana en clase de
Matemáticas. Las odiaba y más odiaba esa clase a primera hora de la
mañana.
Durante la hora de comer, los partidos de esa noche eran el único
tema de conversación. Todos los alumnos solían ir a animar a los
equipo del instituto. Sobre todo a los equipos de volleyball
femenino, football masculino y baloncesto -tanto femenino como
masculino-. Existía cierta rivalidad entre el equipo de football y
el equipo de baloncesto masculino. Todo lo contrario era con las
chicas de voleyball y baloncesto, que se apoyaban mutuamente. Muchos
de los chicos y chicas más pequeños del instituto se acercaron a
desearles suerte a los jugadores. El partido masculino empezaría a
las seis y a las cinco todos los jugadores estaban en los vestuarios.
Unos se vestían, otros se ataban las botas, algunos incluso se
vendaban los tobillos o rodillas... Los entrenadores y el delegado
entraron. Todos escucharon las estrategias de Harry Goldman para esa
noche y salieron a la pista. Las animadoras los recibieron y el
comentarista los nombró uno a uno.
-Con el número cuatro, Peter Jumpey. Con el cinco, Ted Rowling. Con
el seis en la espalda, Brandon Cooper. El siete es Ryan Evans. Con el
dorsal ocho Charles Gray. Con el nueve, Carlos Wadlow. Con el diez,
William Morgan. Con once, Tyrone Mosby. Con el número doce, Paul
Cannon. Con el trece, Leonard Aniston. Y por último, con el quince,
Noel Evans.
A medida que los iban nombrando los chicos salían corriendo entre
las animadoras y se chocaban las manos unos con otros. Entre el
público pudieron ver a las chicas del femenino que gritaban y
animaban como las que más. El comentarista presentó a cada uno de
los contrarios, tal y como había hecho con Duendes Verdes. Los
chicos esa noche vestían de Verde y el contrario de rojo. El
quinteto inicial estaba formado por: Paul Cannon, base; William
Morgan, escolta; Sheldon Ray, alero; Peter Jumprey, ala-pívot; y
Ryan Evans, pívot. Mientras salían al campo y le daban la mano al
adversario, Eric Shaw con su chándal del equipo y sentado en el
banquillo, miró el quinteto inicial de las chicas. Llamó a Kayla
con la mano que se acercó entre el público al banquillo. Eric se
levantó y se acercó a ella.
-Prepárate, eres titular.
Kayla sonrió y le dio un beso en la mejilla, cosa que no le gustó
nada a Brandon. Los chicos salieron a jugar, pero los contrarios eran
muy buenos e iban por delante en el marcador. En el descanso Duendes
Verdes iban tres puntos por detrás de Buern. Harry se acercó a Eric
y le dio su primer trabajo como delegado.
-Llévales esto a las chicas -le dio una llave de vestuario-. Que se
vayan cambiando.
Eric se acercó a la capitana, Lilly Adam, y le entregó la llave.
Las chicas fueron al vestuario animadas y con ganas de jugar. En el
vestuario, Sarah puso “Any way you want it” canción de
Journey y las chicas cantaron para animarse y activarse antes del
partido. Las nuevas en el equipo, Jamie Horn, Abigail Edwards y Alice
Parker, se sorprendieron de la actuación de las chicas, ya que
algunas como Patty Collins, aparte de cantar toda la canción,
también la bailó. Cuando todas estuvieron listas fueron al túnel
de vestuarios y vieron el partido desde ahí. Los chicos estaban
remontando e iban un punto por delante a falta de dieciséis segundos
para el final. En el baloncesto cada segundo puede cambiar un
partido. Por eso Duendes Verdes con Ryan, Noel, William,Tyrone y
Brandon defendieron hasta que William robó un balón, corrió un
contraataque y metió la canasta. Cuatro segundos y tres puntos por
delante. El contrario intentó empatar con un triple de su alero,
pero no pudo ser. Los chicos de Duendes Verdes celebraron la victoria
y saludaron al contrario. Las animadoras ya estaban listas en un
pasillo para recibir al equipo femenino. Los chicos entraron en el
túnel de vestuario y todos chocaron sus dos manos con todas las
chicas a medida que ellas iban saliendo cuando el comentarista las
nombraba.
-Con el cuatro en su espalda, Kayla Marvin. Con el número cinco,
Abigail Edwards. Con el dorsal número seis, Alice Parker. Con el
siete en su espalda, Brianna Parsons. Con el ocho, Mona Bratts. Con
el nueve, Cassandra Jones. Con el diez, Patty Collins. Con el once,
Mery Murray. Con el doce, Jamie Horn. Con el trece, Lilly Adam. Con
el catorce, Sarah Perry. Y con el quince en su espalda, Margarett
Hayman.
Las chicas calentaron después de que presentaran al equipo de West
Side Yule. A falta de tres minutos para el comienzo del partido
Goldman y Revees las reunieron en el banquillo para dar algunas
indicaciones.
-Bien, quinteto titular. Brianna, base. Cassandra, escolta. Lilly,
alero. Patty, ala-pívot. Y Kayla, pívot. -a medida que las iba
nombrando las chicas se levantaban de banquillo y chocaban su manos
con Eric, siempre presente en los banquillos.- A la de tres: Duendes.
-unieron sus puños en el centro de un círculo y gritaron.
-¡Un, dos, tres! ¡Duendes!
Las chicas lucharon mucho el partido, yendo siempre por delante en el
marcador. Siempre ganaban por un punto o dos y West Side Yule
empataban el partido. Antes del descanso, Cassandra que estaba
descansando en el banquillo vio a sus compañeros del equipo
masculino saliendo de los vestuarios y sentándose en las gradas,
animándolas. Le sonrió a William que levantó el dedo gordo de su
mano derecha, preguntándole si estaba bien.
-Jones, cambia por Brianna. -dijo Goldman.
-Pero entrenador. Brianna es base y yo escolta.
Mery Murray que apenas había salido dos minutos como base estuvo
atenta a la conversación. Ella era base y no entendía porque
cambiaba a una escolta por una base si tenía a otra base sentada en
el banquillo.
-¿Quieres jugar o no? -le preguntó a Cassandra. Ésta asintió, se
sacó la sudadera y se preparó para salir al campo.
Cassandra y Brianna chocaron sus manos cuando la escolta entró al
campo para cambiarle. Brianna se acercó a su oído y le dijo:
-La nueve te va a defender, entra a canasta por la izquierda e
intenta varias puertas atrás. -jugada que habían preparado la tarde
anterior.- Suerte, amiga.
Brianna se sentó entre Eric y Abigail. Bebió agua y se asustó
cuando tres pares de manos se posaron en sus hombros. William y los
mellizos se acercaron a felicitarla.
-Menudo partido está jugando, amiga. -le dijo Ryan.
-Aquí mandas tú, Brianna. -le dio Noel, añadiendo unas palmaditas
en los hombros. Después miró a su ex-novia y le acarició la cabeza
para darle fuerzas.
-Lo estás haciendo genial, vecina. -le dijo William. Miró a su
amiga sentada en la otra punta del banquillo y se acercó a ella.-
Abrígate, Mery. -le cedió la sudadera que tenía al lado y ella se
la puso.- Está bien, Mery.
-No está bien, Will. Yo no puedo competir con Brianna para ser base.
Ella es muy buena y yo es el primer año que soy base...
-Pero tienes que mejorar. Seguir entrenando, luchar por jugar... No
todo se aprende de un día para otro. -su amiga suspiró mirando el
partido. William le besó la cabeza y volvió a su sitio en las
gradas.
El descanso llegó y Harry Goldman las felicitó por su buen trabajo
y les dio un par de indicaciones. Mientras en las gradas, Ryan
buscaba con la mirada a Mónica entre el equipo de volleyball. Cuando
la encontró le sonrió y ella le devolvió la sonrisa.
-Oye, ¿no os parece que Brianna está buenísima? -dijo Sheldon.
-Si, es muy guapa. -dijo Brandon.- Si no estuviera con Kayla, sería
mi segunda opción.
-Pues yo creo que con quien tiene más posibilidades es con Will.
-dijo Leonard Aniston.
-¿Conmigo? ¿Qué dices, Leo? -dijo William sorprendido.
-Si, yo también lo creo. Esa relación de vecinos que tenéis, como
os miráis... -dijo Ted Rowling.
-Eso acaba de sonar muy cursi, Ted. -rió Charles.- Pero tiene razón.
¿Por qué no la invitas a tomar algo?
-¿Qué? -preguntó confundido William, no entendía porque sus
compañeros de equipo querían arreglar su vida amorosa.
-Vamos, invítala. -lo animó Noel.
-Si no la invitas tú, la invito yo... -dijo Tyrone. En ese momento,
no se sabe el porqué, pero William aceptó invitarla a salir un día.
-Después del partido la invito... -dijo William. Todo el equipo
festejó y el partido volvió a empezar.
Las chicas siguieron por delante en el marcador. Harry Goldman
decidió poner a Mery como base en el campo. Ella se lo agradeció
dando todo lo que podía en la pista. Después de seis minutos, la
cambió por Brianna. Mery, pese a haber jugado un buen rato, se
sintió molesta porque la había cambiado por Brianna, su mayor
enemigo en el equipo aun que Brianna no lo sabía. El partido terminó
con seis puntos de ventaja para las chicas de Duendes Verdes.
Festejaron su victoria en el vestuario mientras se duchaban. Cuando
salieron del pabellón festejaron ambas victorias con los chicos. Se
abrazaron y rieron durante un rato. William abrazó a Mery cuando la
vio salir entre las primeras.
-Lo hiciste muy bien, pequeña. -dijo ya que su amiga era bastante
más baja que él. Ella rió.
-Gracias, Will. -él vio a Brianna saliendo del pabellón por encima
del hombro de Mery.
-Espérame, que te llevo a casa. -le dijo a su amiga caminando hacia
Brianna. Mery se apoyó en la pared del pabellón y observó a su
amigo.- Brianna. -corrió un poco hasta ella, que se iba con Kayla,
Cassandra y Eric.- ¿Podemos hablar? -Brianna miró a sus
acompañantes y asintió. Se separó un poco con William.
-¿Qué pasa, William? -le preguntó.
-Primero quería felicitarte por lo bien que jugaste. -ella sonrió.
-Gracias.
-Y segundo, me preguntaba si te gustaría salir algún día a tomar
algo... A tomar un café, a cenar, a comer...
-Me encantaría, ¿por qué no? -se estaba dando cuenta de las
intenciones de su vecino y aceptó la cita que le estaba
proponiendo.- ¿Mañana está libre?
-Claro.
-Ven a mi casa y preparo café.
-Bien, sobre las siete me acerco a tu casa. ¿Quieres que te lleve?
-le preguntó enseñándole las llaves del coche.
-No, voy a celebrar la victoria con ellos. Creo que también vienen
los mellizos. ¿Queréis venir? -preguntó por él y por Mery.
-No, gracias. Nos vamos a casa. Cada uno a la suya. -acotó al final
para evitar confusiones.
Brianna rió y le dio dos besos para volver con su grupo y
desaparecer. William volvió al lado de Mery. Ella estaba molesta por
lo que apenas habló en el viaje hasta su casa. Cuando iba a bajar
del coche y él le iba a dar un beso en la frente, como hacía
siempre, ella se apartó y simplemente bajó del coche con un simple
“adiós”.

Pobre mery, de todos lados tiene de competencia a la misma!! Más me encanta!
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