3 años
más tarde...
-¿Lali
avisaste a la tía? -le preguntó Óscar a su tía mientras preparaba
dos cafés.
-¿De
que? -dijo esta mirando el libro de Matemática de su sobrino.
-De
lo de mañana.
-No,
me va a acompañar Candela. -dijo ella. Su sobrino soltó una
risita.- ¿De que te reís?
-De
vos y tu histeria. -llevó los dos cafés a la mesada. Lali estaba
tapada con una manta en una silla de madera de su casa con el libro
delante.
-No
jodas, ¿querés? -dijo ella devolviéndole una lapicera.- El
ejercicio 28. -dijo cuando se tuvo que parar para abrir la puerta. Se
apoyó en la mesada y la silla para pararse y caminó despacio hasta
la puerta. Detrás de ella estaba Ana, con sus dos hijas de 16 y 9
años. Soraya cumplió los 16 el mes pasado y Bea cumplirá los 10 en
dos meses. Las dos saludaron despacio a su tía.
-¿Se
pueden quedar con vos? Tengo que ir a hablar con el abogado. -pidió
la mayor Espósito. Su hermana asintió.- Es que Eduardo se quiere
quedar con el auto y yo no me puedo permitir otro nuevo ni no tener
uno.
Y
es que el divorcio de Eduardo y Ana se puso en marcha hace 18 meses.
La cosas se empezaron a poner feas después del accidente de Lali y
Pato, y decidieron divorciarse.
-No
te preocupes. -dijo sonriente.
-Las
dos tienen que estudiar, así que no te van a molestar.
-Tranquila.
Yo estaba ayudando a Óscar con Matemática, pero en media hora para
Alejandra a buscarlo.
-¿Y
esa panza como va? -dijo agachándose hacia la panza de 6 meses de
Lali, la cual se empezaba a notar.- Está muy grande, gorda. Yo creo
que vienen cinco. -dijo riendo.
-Esperemos
que no. -dijo una voz detrás de las hermanas. Peter llegó a su
nueva casa, la cual compraron al enterarse del nuevo miembro de la
familia. Los papás de Peter pusieron muhco de su parte y les
ayudaron a comprar una mansión como en la que se crió Lali. Tenía
tres pisos, el altillo y el garage. La casa tenía 5 dormitorios, 6
baños, una cocina enorme, un comedor, el living, una pequeña
biblioteca y el altillo, el cual lo estaban utilizando para guardar
las cosas mientras se instalaban.
-Hola,
mi amor. -dijo Lali cuando este se acercó a darle un beso después
de saludar a Ana.- ¿Me haces un favor? -el futuro papá asintió.-
Decile a Óscar que si no ordena su cuarto y termina el ejercicio 28
no se va a ningún lado. -Peter rió.
-Si,
Señorita Rotenmeyer. -bromeó Peter antes de adentrarse a su casa y
saludar a los sobrinos de su novia.
Hace
tres años que Óscar tuvo que mudarse con Lali. Y es que un jóven
de 15 años, con una hermana mayor de 18, sin abuelos, sin madre y
sin padre no podía vivir solo. Cuando Pato murió Ana y Lali
decidieron que Óscar se iría con Ana, por la experiencia de ella.
Pero, cuando empezaron los problemas familiares entre Ana y Eduardo,
Óscar se mudó con Lali y con Peter.
-Bueno,
después paso a buscarlas. -saludó a su hermana con un beso en la
mejilla y salió del enorme jardín para agarrar su auto y
encaminarse al lugar de trabajo de su abogado. Lali cerró la puerta
y volvió al comedor, donde Soraya ya estaba sacando sus libros de
Historia y Bea charlaba con Óscar.
-¿Acabaste
el ejercicio? -le preguntó Lali a Óscar.
-Si,
mirá. -Lali revisó el ejercicio bajo la atenta mirada de su sobrino
que había casi perdido la esperanza de que algún ejercicio
estuviera bien.
-Está
bien.
-¡El
primer ejercicio bien de toda la tarde! -dijo abrazando a su tía.
Debía rendir Matemática para poder graduarse y entrar en la carrera
de informático.
-Cuidado
con tu tía que está embarazada. -dijo Peter observando la escena
desde el living.
-Andá
a recoger tu cuarto para poder irte con Alex. -dijo Lali antes de que
su sobrino le diera un beso en la mejilla y corriera escaleras arriba
hacia su cuarto. Rió y decidió acompañar a Peter mientras este
revisaba unos informes de la comisaría.- ¿Tienes mucho trabajo?
-No,
es que resolvimos un caso y mañana tengo que entregar el informe.
-dijo dejando unos papeles en la mesa ratona para abrazar a la
petiza.
-Echo
de menos trabajar en la comisaría. -confesó ella.
-Lali,
ya hablamos de esto. Es mejor que tu y Lucía se alejen de las
comisarías. -recordemos que Lucía estaba estudiando para poder
conseguir ser forense. Lo cual dejó, por pedido de su familia para
trabajar ahora en Entre muertes.
-Lo
se, lo se... Pero tendré que buscar un trabajo ¿no? -miró a su
novio.- No nos podemos mantener cuatro con tu sueldo.
-Pero
Óscar, cuando nazca el bebé estará en la universidad.
-Lo
se, pero son muchos gastos un bebé. Además la casa también tiene
gastos que por ahora tus papás están pagando la mitad.
-Si,
quizás tengas razón. A lo mejor tenés que buscar un trabajo. -dijo
acariciando el brazo de ella.
-Tal
vez, pueda volver a la comisaría de secretar...
-No,
Lali, no. -la interrumpió el.
-Pero...
-No.
Ya está no se discute más.
-Peter,
la comisaría es mi lugar. Allá es donde tengo que estar. -dijo
ella, ya separándose y mirándolo fijamente.
-Lali,
en la comisaría murieron tus papás y tu hermano. La siguientes sos
vos, ¿que no entendes de eso? -dijo elevando ya el tono de voz.
-Pero
no me puedo separar de ella. Yo tengo que ser lo que quiero ser. ¡Y
mi lugar está en la comisaría!
Así
se enzarzaron de nuevo en una discusión que se repetía semana tras
semana. Pero los dos se callaron al ver a Bea mirándolos desde la
puerta que unía el living y la cocina.
-¿Que
pasa hermosa? -Lali ya cambió el tono de voz. La pequeña de 9 años
se sentó entre la pareja.
-¿Ustedes
también se van a separar como papá y mamá? -preguntó inocente.
Lali hizo una sonrisa chiquita para tranquilizar a su sobrina.
-No,
cielo. Pasa que Peter y yo de vez en cuando discutimos un poquito,
pero no va a pasar nada de eso... -explicó Lali.- Pero, ¿me parece
a mi o te pasa algo más?
-Es
que hoy fue a la escuela el tío de Nuria para hablar de su trabajo,
y van a ir todos los tíos de mis compañeros y yo no puedo llevar al
mío.
A
Lali se le empañaron los ojos y le empezó a temblar el labio
inferior. Al ver esto Peter habló.
-Mirá,
Bea. Yo no seré tu tío de sangre. Pero si queres puedo ir yo y les
hablo a tus amiguitos de la escuela de mi trabajo. -dijo acariciando
la cabeza de la pequeña.
-Perfecto,
además como trabajas en lo mismo que mi tío Pato va a ser como si
fuera el. -dijo emocionada.
-Perfecto,
entonces vos decime que día y yo estaré allá. Andá a jugar a la
Wii si querés. -la chiquita asintió y salió corriendo hacia la
máquina. Peter miró a su novio y se acercó para abrazarla fuerte.
-Lloro
por culpa de las hormonas ¿ok? -dijo ella secándose las lágrimas a
la remera de Peter.
-Si,
no te preocupes. -el rió y la abrazó más fuerte.
Tres
minutos tarde llegó Alejandra a la casa de Lali y Peter. Fue el
quien le abrió y la invitó a pasar.
-¡Óscar!
-gritó hacia las escaleras.
-Tranquilo,
no tenemos prisa. -dijo ella sentándose al lado de Lali.
-¿A
donde van a ir? -preguntó la petiza.
-A
Entre muertes a mirar folletos de universidades. -dijo
sonriente.
-Ya
estoy. -dijo Óscar cuando llegó al piso de abajo. Alex sonrió y
los dos se fueron agarrados de la mano. Y es que en esos tres años
no solo pasaron cosas malas (muerte de Pato, divorcio de Ana) también
pasaron cosas buenas (la nueva pareja, un nuevo integrante)

Me encanta más!
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