martes, 25 de diciembre de 2012

19.Estudiando.





3 años más tarde...

-¿Lali avisaste a la tía? -le preguntó Óscar a su tía mientras preparaba dos cafés.

-¿De que? -dijo esta mirando el libro de Matemática de su sobrino.

-De lo de mañana.

-No, me va a acompañar Candela. -dijo ella. Su sobrino soltó una risita.- ¿De que te reís?

-De vos y tu histeria. -llevó los dos cafés a la mesada. Lali estaba tapada con una manta en una silla de madera de su casa con el libro delante.

-No jodas, ¿querés? -dijo ella devolviéndole una lapicera.- El ejercicio 28. -dijo cuando se tuvo que parar para abrir la puerta. Se apoyó en la mesada y la silla para pararse y caminó despacio hasta la puerta. Detrás de ella estaba Ana, con sus dos hijas de 16 y 9 años. Soraya cumplió los 16 el mes pasado y Bea cumplirá los 10 en dos meses. Las dos saludaron despacio a su tía.

-¿Se pueden quedar con vos? Tengo que ir a hablar con el abogado. -pidió la mayor Espósito. Su hermana asintió.- Es que Eduardo se quiere quedar con el auto y yo no me puedo permitir otro nuevo ni no tener uno.

Y es que el divorcio de Eduardo y Ana se puso en marcha hace 18 meses. La cosas se empezaron a poner feas después del accidente de Lali y Pato, y decidieron divorciarse.

-No te preocupes. -dijo sonriente.

-Las dos tienen que estudiar, así que no te van a molestar.

-Tranquila. Yo estaba ayudando a Óscar con Matemática, pero en media hora para Alejandra a buscarlo.

-¿Y esa panza como va? -dijo agachándose hacia la panza de 6 meses de Lali, la cual se empezaba a notar.- Está muy grande, gorda. Yo creo que vienen cinco. -dijo riendo.

-Esperemos que no. -dijo una voz detrás de las hermanas. Peter llegó a su nueva casa, la cual compraron al enterarse del nuevo miembro de la familia. Los papás de Peter pusieron muhco de su parte y les ayudaron a comprar una mansión como en la que se crió Lali. Tenía tres pisos, el altillo y el garage. La casa tenía 5 dormitorios, 6 baños, una cocina enorme, un comedor, el living, una pequeña biblioteca y el altillo, el cual lo estaban utilizando para guardar las cosas mientras se instalaban.

-Hola, mi amor. -dijo Lali cuando este se acercó a darle un beso después de saludar a Ana.- ¿Me haces un favor? -el futuro papá asintió.- Decile a Óscar que si no ordena su cuarto y termina el ejercicio 28 no se va a ningún lado. -Peter rió.

-Si, Señorita Rotenmeyer. -bromeó Peter antes de adentrarse a su casa y saludar a los sobrinos de su novia.

Hace tres años que Óscar tuvo que mudarse con Lali. Y es que un jóven de 15 años, con una hermana mayor de 18, sin abuelos, sin madre y sin padre no podía vivir solo. Cuando Pato murió Ana y Lali decidieron que Óscar se iría con Ana, por la experiencia de ella. Pero, cuando empezaron los problemas familiares entre Ana y Eduardo, Óscar se mudó con Lali y con Peter.

-Bueno, después paso a buscarlas. -saludó a su hermana con un beso en la mejilla y salió del enorme jardín para agarrar su auto y encaminarse al lugar de trabajo de su abogado. Lali cerró la puerta y volvió al comedor, donde Soraya ya estaba sacando sus libros de Historia y Bea charlaba con Óscar.

-¿Acabaste el ejercicio? -le preguntó Lali a Óscar.

-Si, mirá. -Lali revisó el ejercicio bajo la atenta mirada de su sobrino que había casi perdido la esperanza de que algún ejercicio estuviera bien.

-Está bien.

El primer ejercicio bien de toda la tarde! -dijo abrazando a su tía. Debía rendir Matemática para poder graduarse y entrar en la carrera de informático.

-Cuidado con tu tía que está embarazada. -dijo Peter observando la escena desde el living.

-Andá a recoger tu cuarto para poder irte con Alex. -dijo Lali antes de que su sobrino le diera un beso en la mejilla y corriera escaleras arriba hacia su cuarto. Rió y decidió acompañar a Peter mientras este revisaba unos informes de la comisaría.- ¿Tienes mucho trabajo?

-No, es que resolvimos un caso y mañana tengo que entregar el informe. -dijo dejando unos papeles en la mesa ratona para abrazar a la petiza.

-Echo de menos trabajar en la comisaría. -confesó ella.

-Lali, ya hablamos de esto. Es mejor que tu y Lucía se alejen de las comisarías. -recordemos que Lucía estaba estudiando para poder conseguir ser forense. Lo cual dejó, por pedido de su familia para trabajar ahora en Entre muertes.

-Lo se, lo se... Pero tendré que buscar un trabajo ¿no? -miró a su novio.- No nos podemos mantener cuatro con tu sueldo.

-Pero Óscar, cuando nazca el bebé estará en la universidad.

-Lo se, pero son muchos gastos un bebé. Además la casa también tiene gastos que por ahora tus papás están pagando la mitad.

-Si, quizás tengas razón. A lo mejor tenés que buscar un trabajo. -dijo acariciando el brazo de ella.

-Tal vez, pueda volver a la comisaría de secretar...

-No, Lali, no. -la interrumpió el.

-Pero...

-No. Ya está no se discute más.

-Peter, la comisaría es mi lugar. Allá es donde tengo que estar. -dijo ella, ya separándose y mirándolo fijamente.

-Lali, en la comisaría murieron tus papás y tu hermano. La siguientes sos vos, ¿que no entendes de eso? -dijo elevando ya el tono de voz.

-Pero no me puedo separar de ella. Yo tengo que ser lo que quiero ser. ¡Y mi lugar está en la comisaría!

Así se enzarzaron de nuevo en una discusión que se repetía semana tras semana. Pero los dos se callaron al ver a Bea mirándolos desde la puerta que unía el living y la cocina.

-¿Que pasa hermosa? -Lali ya cambió el tono de voz. La pequeña de 9 años se sentó entre la pareja.

-¿Ustedes también se van a separar como papá y mamá? -preguntó inocente. Lali hizo una sonrisa chiquita para tranquilizar a su sobrina.

-No, cielo. Pasa que Peter y yo de vez en cuando discutimos un poquito, pero no va a pasar nada de eso... -explicó Lali.- Pero, ¿me parece a mi o te pasa algo más?

-Es que hoy fue a la escuela el tío de Nuria para hablar de su trabajo, y van a ir todos los tíos de mis compañeros y yo no puedo llevar al mío.

A Lali se le empañaron los ojos y le empezó a temblar el labio inferior. Al ver esto Peter habló.

-Mirá, Bea. Yo no seré tu tío de sangre. Pero si queres puedo ir yo y les hablo a tus amiguitos de la escuela de mi trabajo. -dijo acariciando la cabeza de la pequeña.

-Perfecto, además como trabajas en lo mismo que mi tío Pato va a ser como si fuera el. -dijo emocionada.

-Perfecto, entonces vos decime que día y yo estaré allá. Andá a jugar a la Wii si querés. -la chiquita asintió y salió corriendo hacia la máquina. Peter miró a su novio y se acercó para abrazarla fuerte.

-Lloro por culpa de las hormonas ¿ok? -dijo ella secándose las lágrimas a la remera de Peter.

-Si, no te preocupes. -el rió y la abrazó más fuerte.

Tres minutos tarde llegó Alejandra a la casa de Lali y Peter. Fue el quien le abrió y la invitó a pasar.

Óscar! -gritó hacia las escaleras.

-Tranquilo, no tenemos prisa. -dijo ella sentándose al lado de Lali.

-¿A donde van a ir? -preguntó la petiza.

-A Entre muertes a mirar folletos de universidades. -dijo sonriente.

-Ya estoy. -dijo Óscar cuando llegó al piso de abajo. Alex sonrió y los dos se fueron agarrados de la mano. Y es que en esos tres años no solo pasaron cosas malas (muerte de Pato, divorcio de Ana) también pasaron cosas buenas (la nueva pareja, un nuevo integrante)

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